Manti y el diseño

Lo confieso. Me parecían patéticas las personas que protestaban contra la reforma de la ley 30. Hable con unos conocidos apenas cuando iniciaba el paro y gracias a sus pobres argumentos, fue sencillo catalogarlos como estudiantes interesados en un cese de actividades académicas, unos rebeldes sin causa. Quisiera saber ¿Cuándo una marcha ha cambiado algo en el país? o ¿Cuándo un paro ha tenido un mayor impacto al del cierre de un semestre y perdida de dinero? - Sin embargo, la valiosa enseñanza que mi padre me ha dejado es: “Si estamos inconformes con algo tenemos derecho a quejarnos; eso sí, siempre de la mejor formas” así que estaban en todo su derecho de iniciar actividades como el paro, marchas, actos simbólicos y hasta una besaton...

Indagando sobre el tema con una actitud más sería, entiendo que fue apresurado lanzar un juicio tan severo. Cómo disculpa, en estos últimos días he colocado una particular atención a la polémica presentada ante la propuesta para la reforma, siendo fiel seguidora de los argumentos presentados durante la Audiencia Pública, investigando los argumentos de la ministra y por supuesto conociendo la posición de los estudiantes y académicos.

¿Qué dice el gobierno?. En una entrevista realizada por Clara Elvira Ospina en el programa “Claramente” a María Fernanda Campo actual Ministra de Educación afirma con elocuencia “La reforma busca generar más oferta de muy buena calidad, para que más jóvenes puedan acceder a educación superior a través de la inversión privada con ánimo de lucro basada en la co-financiación”. Muy bien hiladas las palabras, surgen distintas inquietudes en mi mente: Si lo que buscamos es mayor cobertura a través de la co-financiación de la educación por entidades privadas y a través del ánimo de lucro, ¿Cómo será posible garantizar la calidad si poco a poco vemos como se transforma la educación en un negocio? ¿No será que la educación privada será la que continúe gozando de grandes beneficios y los pobres seguirán teniendo una educación mediocre de siempre? No me cabe en la cabeza una entidad pública con lucro; y mucho menos una universidad.

Ahora bien ¿No se supone qué la educación es derecho y no un servicio? ¿Cómo se garantizará el acceso a los colombianos a la educación superior, teniendo en cuenta que el ánimo de lucro es una variable directamente proporcional al aumento en el valor de las matriculas y semestres académicos?

En contraposición a estas inquietudes, la ministra propone que ante esta dificultad financiera para acceder a la educación superior, se deberán implementar sistemas crédito para las familias y personas que no tengan de forma inmediata de obtener recursos para financiar una carrera profesional. Sin embargo, ¿Es esta la solución? No es justo tener que endeudarnos por algo que debería ser un derecho fundamental para todo el ser humano. Estudiar 5 años para pagarlo en 15, se convierte no solo en una realidad si esta reforma se aprueba, sino en una estrategia totalmente rentable en términos económicos para el gobierno, entidades privadas y entidades financieras.

En definitiva se colocan en desventaja desmedidamente a los colombianos promedios (si, los que somos medianamente acomodados o pobres) y se vulnera la parte más personal e importante de un individuo: su formación. En este punto, situación en chile se convierte en un referente totalmente claro para entender los grandes problemas que trae el crédito. ¿Cómo es posible que un estudiante se endeude hasta por 30.000 dólares por un pre grado? ¿Cómo será posible que sea exitoso y llegue a ser un empresario, - que es lo que tanto proclama el gobierno “Crear empresa” - si debe invertir el capital que le deja sus primeros años productivos de trabajo en deudas que puede evitarse? ¿Es que no pagamos los suficientes impuestos para suplir esta necesidad propia de toda la comunidad? - ah! verdad. La plata nunca alcanza, se extravía o la roban.

Poniendo en equidad las partes y definiendo una posición frente al tema con congruencia y sensatez, cómo estudiante de universidad privada para desgracia de este país, el Presidente de la República y la Ministra de Educación me sumo a este grupo de personas a quien en principio juzgue. No apoyo la reforma de la ley 30 y soporto rotundamente el paro estudiantil porque creo firmemente que los estudiantes podemos alcanzar la universidad del tamaño de nuestros sueños.